LOS OBJETOS ATRACTIVOS FUNCIONAN MEJOR



















 

Noam Tranctinsky, un científico israelí, estaba intrigado. Si bien no cabía duda de que los objetos atractivos eran preferidos a los feos, ¿por qué iban a funcionar mejor? Sin embargo, a principios de la década de 1990, dos investigadores japoneses, Masaaki Kurosu y Kaori Kashimura, afirmaron precisamente que así era. Ambos habían estudiado diferentes diseños para los botones de control de los ATM, los cajeros automáticos que nos permiten realizar tareas bancarias sencillas a cualquier hora del día o de la noche. Todas las versiones de los cajeros automáticos eran idénticas en cuanto a la función que cumplían, el número de botones que tenían y en cómo operaban, pero algunas de esas máquinas tenían botones y pantallas dispuestas de una manera atractiva, mientras que otras habían sido diseñadas desprovistas de todo atractivo. Y he aquí la sorpresa: los investigadores japoneses descubrieron que los cajeros automáticos que eran atractivos también eran considerados más fáciles de usar [...]
Donald A. Norman. El Diseño Emocional. Paidós Ibérica. Barcelona. 2005
[imagen Kurosu, Kashimura]

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